Pasado, presente y futuro del láser aplicado en joyería

El grabado o marcado de un objeto de metal es tan antiguo como la humanidad.

El ser humano ha tenido durante milenios una necesidad imperiosa de personalizar objetos, necesidad que ha perdurado hasta actualidad. En cierta manera forma parte de nuestro ser. Por poner un punto de partida como ejemplo, vayamos a Egipto, en la época faraónica. Durante este periodo fueron creadas joyas y abalorios con grabados en escritura jeroglífica. En la actualidad, miles de años después, turistas que visitan Egipto adquieren joyas grabadas y personalizadas, semejantes a las realizadas por esta antigua civilización, pero hechas con una técnica totalmente distinta.

Es evidente que la humanidad ha evolucionado desde entonces y con ella la técnica de grabado.

Si hablamos de ciencia aplicada a esta técnica, el hito más destacado ocurrió en el siglo XX con la creación de la tecnología láser por el físico alemán Albert Einstein en 1916. Casi cuarenta años más tarde, en 1960, se construyó el primer láser en los laboratorios Hughes Research Laboratories.

Fueron necesarias tres décadas para poder utilizar el láser en la industria de la joyería. Como suele pasar, los primeros equipos eran de gran tamaño y de un coste económico muy alto, únicamente accesible para alguna de las grandes empresas del sector. Con el cambio de siglo, y gracias a los avances en la electrónica e informática, se ha producido un cambio radical que ha sido exponencial en la última década.

A día de hoy podemos afirmar que somo afortunados, ya que la tecnología láser para grabar metales está al alcance de la mayoría de los joyeros, tanto desde el aspecto económico como por la facilidad de su uso. Aportando una amplia variedad de usos y aplicaciones. Las unidades actuales que podemos encontrar en el mercado, como por ejemplo la COMPACT G50, tienen características impensables hace unos años en cuanto a funciones y en tamaño.

¿Cuáles son las características técnicas de la tecnología láser y por qué es tan importante a la hora de grabar metales? Cuando hablamos de rayo láser todos nos imaginamos un rayo, una línea recta. Pero nada se aleja más de la realidad que esa idea tan característica de películas y dibujos animados. El rayo láser es más semejante a una espiral que se desplaza linealmente, de la cual podemos regular su diámetro, frecuencia, potencia y velocidad.

Para hacernos una idea de las posibilidades, hablemos de la precisión, uno de los aspectos más importantes y revolucionarios en el grabado. La precisión de un rayo láser es de una centésima de milímetro. Es decir, si dividimos un milímetro en cien partes, una de esas partes seria la precisión con la cual incide el láser.

Otro aspecto es la potencia. El sol produce tanto calor que en su núcleo el hidrógeno se transforma en helio. Pues bien, un láser puede simular diez veces esa potencia. Esta energía aplicada es la que permite grabar piedras o marcar e incluso cortar el metal.

Queda claro que una máquina láser es más que una máquina de grabar. Es una fresadora con una precisión de una centésima de milímetro y una capacidad de corte en metal de dos o más milímetros. Tal precisión nos permite realizar el modelaje y cualquier trabajo en nuestro taller. Como se suele decir: el límite únicamente será nuestra imaginación.

Pero la potencia sin control no sirve de nada, por eso es esencial un buen controlador, un software que juegue a nuestro favor a la hora de trabajar con tecnología láser. Es habitual que en las máquinas que encontremos actualmente en el mercado vengan con un software instalado para su manejo. Suelen ser intuitivos y fáciles de dominar. Con ellos se pueden conseguir verdaderas maravillas. Aun así, para sacar el máximo rendimiento es aconsejable aprender a utilizar algún programa de dibujo vectorial para poder trazar y crear nuestros propios diseños.

¿Cuáles son los avances más inmediatos y cuales los que podemos esperar en tecnología láser?

Para tener una pincelada de cómo se puede mejorar esta tecnología aplicada a la joyería podemos tomar como ejemplo la MAX 50 CICLOPE, una máquina de grabado dotada de visión dinámica del área de grabado con autoenfoque en la lente del láser.

¿En un futuro? Si se nos permite imaginar, y teniendo en cuenta tecnologías como la impresión 3D y los brazos robóticos ¿por qué no un láser que permita un grabado 3D? ¿O un láser que grabe y corte simultáneamente para producciones en cadena? Las posibilidades son casi infinitas.

Pensamos por un instante en aquel artesano de hace milenios ¿qué pensaría si tuviera la oportunidad de utilizar esta tecnología? Porque utilizarla en nuestro taller nunca fue ni tan fácil ni tan económico como actualmente.   

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