En este artículo exploraremos una estrategia que los joyeros pueden emplear para enfrentar el constante incremento en el precio del oro.
A lo largo de los últimos 12 meses, el precio del oro ha experimentado un aumento promedio del 27%, alcanzando picos de hasta el 30,20%. En los gráficos, se puede observar el incremento del precio del oro de forma semestral y anual. Actualmente, revisamos la predicción del precio basada en patrones matemáticos, los cuales han demostrado una gran precisión. Por lo tanto, podemos considerar que estas proyecciones son correctas. Según estos cálculos, el precio del oro en 2030 será de 120€ por gramo. Aunque algunos lectores puedan considerar esta cifra exagerada, la mayoría la encontrará plausible. Este es el escenario actual y la previsión para los próximos seis años.
Existen dos enfoques para abordar este tema: el pasivo, que consiste en esperar a ver qué ocurre, y el activo, que implica tomar decisiones y realizar acciones. Este segundo enfoque es el que queremos destacar, ya que consideramos que es el camino correcto. Partiendo de la premisa de que pequeños cambios pueden generar grandes transformaciones, sugerimos reflexionar sobre el flujo de metales preciosos en su taller y detectar posibles fugas. Tome nota y reflexione para corregir estas rutas de escape.
El mes pasado, dedicamos el artículo a toda una generación y comentamos cómo ha revolucionado la técnica, presentando también una nueva mesa con aspiración. Siempre hemos sostenido que la mesa de trabajo del joyero es el centro de su universo. Por lo tanto, iniciemos una actitud activa en este centro. El primer paso es utilizar una mesa con aspiración, ya sea doble o sencilla. Las razones son claras: primero, la salud, ya que su sistema respiratorio se lo agradecerá a largo plazo, y segundo, la economía, dado que la merma media ponderada en la astillera es del 8%. ¡Calcule los gramos perdidos y cuantifíquelos a cinco y diez años!
Recuperación del metal
Muchos estarán pensando en la recuperación del metal, un tema recurrente de gran actualidad en el sector. Al inicio del artículo mencioné las vías de escape, la recuperación externalizada es una de ellas, no solo por el coste económico, sino por la pérdida de metal, estimada en un 20%. Este es un valor medio constatado. Créame, este tema merecería otro artículo en esta publicación.
Responda a esta pregunta: ¿Ha realizado un análisis del contenido en milésimas del material a recuperar? Si la respuesta es “no”, usted está donando metal o practicando “te entrego este metal para recuperar y devuélveme el que quieras”. Por lo tanto, cerremos esta vía de escape y analicemos las opciones disponibles.
La primera es la selección: no podemos mezclar todas las mermas de las diferentes etapas de la fabricación. Esto significa separar crisoles, limaduras, pulimentos, aguas y basura. Cada uno tiene un contenido y una riqueza distintos; por ello, es fundamental separar y discriminar adecuadamente.
El objetivo final es recuperar la mayor cantidad de oro posible de un lingote. Para ello, existen dos métodos habituales: la vía química y la vía electrolítica.
• La vía química consiste en el ataque mediante ácido o ácidos, como el sistema de agua regia o el encuarte. Ambos métodos requieren conocimientos de química aplicada y presentan un alto grado de peligro debido a la manipulación de ácidos y la generación de vapores tóxicos durante el proceso. Sin embargo, el resultado en milésimas de oro puede ser perfecto.
• La vía electrolítica es menos compleja y requiere un menor nivel de conocimiento en química aplicada. Aun así, al utilizar un electrolito de base cianurada, es necesario tomar precauciones importantes durante el proceso. Aunque los resultados en términos de milésimas de oro son inferiores a los obtenidos con el ataque ácido, la vía electrolítica ofrece una alternativa viable.
En el ámbito de la recuperación de oro, existe una máquina que combina lo mejor de ambos sistemas y los ha automatizado: la Gold 200. Esta máquina utiliza el método químico, que permite obtener excelentes resultados, y la vía electrolítica, que aporta rapidez y facilidad al proceso de recuperación.
En conclusión, la gestión efectiva de los metales preciosos en el taller de un joyero es crucial para maximizar la rentabilidad y minimizar las pérdidas. A lo largo de este artículo, hemos explorado diversas estrategias y técnicas, desde la identificación de vías de escape hasta la implementación de sistemas avanzados de recuperación. La selección y separación adecuadas de las mermas en las diferentes etapas de fabricación, así como la elección entre la recuperación química y la electrolítica, son decisiones clave que pueden influir significativamente en los resultados.
En un mercado donde los precios del oro fluctúan constantemente, estar preparado y bien informado es la mejor defensa. La correcta gestión de los metales preciosos no solo asegura la sostenibilidad del negocio, sino que también refuerza la calidad y la excelencia del oficio.
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