Para explicar el concepto de fusión por inducción, es importante destacar que a lo largo de la historia, los joyeros han empleado constantemente las tecnologías más avanzadas disponibles para fundir metales preciosos. Este aspecto es intrínseco al oficio de la orfebrería.
Si nos remontamos a la antigua civilización egipcia, la fusión de metales se llevaba a cabo mediante brasas, donde varios operarios utilizaban cañas con terminación de cerámica para soplar y generar la temperatura necesaria para la fusión. Con el tiempo, este método evolucionó hacia el uso de forjas y hornos. Sin embargo, el verdadero cambio ocurrió a principios del siglo XIX, cuando se empezó a utilizar gas como fuente de calor. Más tarde, alrededor de 1950, la introducción de sopletes mezcladores y bombonas portátiles de oxígeno revolucionó por completo los talleres, ya que permitía la fusión de todos los metales preciosos, incluyendo el platino, cuyo punto de fusión es uno de los más altos, alcanzando los 1769ºC.
Seguramente habrán escuchado hablar de los hornos de fusión eléctricos, a los que algunos llaman cariñosamente "cafeteras". Este sistema ha sido una alternativa al uso del soplete para la fusión de oro y plata. El método es bastante sencillo: mediante resistencias, calentamos el crisol hasta alcanzar la temperatura de fusión del metal. Sin embargo, en este artículo no trataremos este sistema, sino que nos enfocaremos en otro método para la fusión de metales nobles utilizando energía eléctrica. Nos referimos al método de inducción. Esta tecnología, que también se encuentra presente en nuestros hogares, está ganando popularidad en los talleres y fábricas de joyería.
La inducción como sistema de calentamiento fue descubierto por Michael Faraday, pero no fue hasta 1891 que se aplicó a la fusión y en 1916 fue cuando se utilizó con fines industriales.
En nuestro sector, en torno a 1980, se introdujeron equipos de gran tamaño y alto costo para las principales marcas de joyería, lo que los hacía accesibles solo para unos pocos fabricantes. Sin embargo, en la actualidad, esta situación ha cambiado drásticamente y estos equipos son accesibles para muchos talleres y artesanos joyeros. Estamos presenciando la evolución natural de los usuarios, pasando de utilizar equipos de horno eléctrico por resistencias u hornos de oxígeno a utilizar hornos de inducción de frecuencia media.
¿Cómo y por qué un horno de inducción funde metales nobles?
La explicación puede resultar compleja, pero trataremos de explicarlo de manera sencilla y didáctica. El horno de inducción utiliza corriente alterna en una bobina para crear un campo electromagnético. Este campo genera un movimiento rápido de las moléculas en los metales depositados en el crisol. Dicho movimiento genera fricción entre las moléculas, lo cual produce una temperatura tan alta que provoca la fusión del metal. Para que te hagas una idea, la energía generada es tan intensa que es necesario enfriar el interior de la bobina, que rodea el crisol, mediante un circuito de agua corriente.
¿Cuáles son las ventajas de utilizar la inducción para la fundición?
· Control preciso de la temperatura de fusión, evitando el sobrecalentamiento del metal.
· Mayor calidad del metal: el metal fundido mediante inducción es más dúctil y maleable.
· No es necesario pre-alear los metales, ya que los campos magnéticos generados mezclan los metales en el crisol.
· Mayor rapidez en los ciclos repetitivos de fusión.
· Reducción de mermas.
· Sistema limpio y seguro, sin necesidad de utilizar llama.
Estas y otras razones convierten a la inducción en una tecnología aplicada en la fusión de metales, permitiéndonos fundir de manera muy diferente a nuestros ancestros. En los últimos 50 años, ha tenido lugar una revolución en la fusión de metales preciosos. Ahora surge la pregunta: ¿Qué técnica se utilizará para la fusión en el próximo siglo XXII?
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